SOLIDARIDAD: BASE DE UNA ACTIVIDAD
QUE NUNCA VA A PASAR DE MODA
En estos tiempos en que las transmisiones de televisión llegan a nuestros hogares por cables y antenas parabólicas, es común que mirando las terrazas de casas y edificios observemos antenas raras, poco comunes, distintas a las portentosas que se instalan en las enormes torres de la telefonía digital y de aquellas comunes, que todavía quedan en casas y departamentos, muchas de ellas ya olvidadas, desafiando vientos, lluvias y soles. De las raras, lo primero que se piensa, es que deben pertenecer a radioaficionados …
Amilcar Mantero, presidente de LU5CBA, Centro de Radioaficionados Ciudad de Buenos Aires LU5CBA
Pero el ciudadano común, es tal vez más lo que presume que lo que conoce. En el pensamiento generalizado, se cree que el radioaficionado es una persona solitaria, que sentada frente a un transceptor, se pasa varias horas por día comunicándose con otras personas. No es así, no se pasan horas ni descuidan a sus familias y quehacer personales; y no son solitarios, sino solidarios, ya que es éste el principio que rije a la actividad y que los lleva a estar desde sus principios, prestos a colaborar con quienes lo necesiten y cuando se lo requieran, poniendo sus equipos y su persona misma al servicio de la comunidad.
El Centro de Radioaficionados Ciudad de Buenos Aires –LU5CBA, es la licencia que los identifica-, nació el 17 de agosto de 1962 a instancias de un grupo de entusiastas reunidos en la sede de la Unión de Comerciantes de Parque Chacabuco, siendo su primer presidente Miguel Angel Checa –LU2ADY- y su primera casa la sede de Deporte Municipal, en Curapaligüe 950. En 1968 se mudan al colegio aledaño, en donde se instala la radio con equipos pedidos a la Fuerza Aérea, ya dados de baja y adaptados al uso específico de los radioaficionados. Unos años más tarde, se le pide un predio a la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, para tener una sede definitiva. De tal forma, le fue cedido un terreno ubicado en Achaval 951 (4922-7383), en condiciones de uso permanente por 99 años.
Pedro Sánchez, tesorero del LU5CBA
A partir de allí, el Radioclub no cesó de crecer y fue a su muy amplia y confortable sede donde nos dirigimos, para conocer detalles del radioclub. Fuimos recibidos por su presidente, Amilcar Mantero y su tesorero, Pedro Sánchez, quienes muy generosamente contaron a este blog las actividades que allí desarrollan.
Amilcar Mantero fue quien toma la palabra. Entusiasta, sanguíneo, le brillan los ojos cuando habla de su metier:
- La radioafición nace junto con la radio. Fueron investigadores que se dedicaron a indagar e ir adquiriendo conocimientos, hasta llegar a nuestros días. En los primeros momentos, decían que sus transmisiones no llegaban al fondo de sus propias casas, mientras que hoy nos podemos comunicar a cualquier parte del mundo. La radioafición es un hobby que no sólo es muy interesante para quien lo desarrolla, sino también lo es para los habitantes diría de todo el mundo, porque en muchas oportunidades, los radioaficionados han actuado en circunstancias de desastres, en donde la comunicación sólo era posible por esta vía. Y todavía lo seguimos haciendo, ya que con motivo del sismo que sufrió Chile hace poco tiempo, yo particularmente emití 63 comunicados hacia el hermano país, siendo éste intermedio la única forma que tuvieron muchos chilenos de aquí para comunicarse con sus familiares. Pero no sólo en catástrofes, también cuando hizo falta conseguir algún medicamento u algún otro elemento vital para alguien. El radioaficionado no espera el aplauso, se contenta con haber prestado un servicio solidario y es la solidaridad, lo que prima en el espíritu de los radioaficionados.
Un alto en las prácticas de Código Morse -radiotelegrafía, CW ó codificado Charly Whisky-, para mirar a la cámara
- Si tuviéramos que remontarnos a los orígenes de la radioafición, tendríamos que ir mucho más allá de la invención de una radio.
- Iría al comienzo de los tiempos, a los primeros esbozos de comunicación entre las personas. Primero con sonidos guturales, luego de formas más elaboradas, hasta que llegaron los inventores y comenzaron a utilizar golpes en troncos para hacer sonidos y señales de humo con códigos, para comunicarse a distancia. El radioaficionado también busca comunicarse con el mundo, utiliza las técnicas que dispone en cada momento.
- Imagino que los equipos con los que cuentan hoy, les dan muchas más posibilidades que hace unos años.
- Si, pero hay algo importante. Los radioaficionados, o por lo menos muchos de ellos, son investigadores, es decir que armaron y arman sus propios equipos en forma artesanal. Así es que indagan científicamente. Muchos de los elementos que hoy se utilizan todos los días, fueron creados y experimentados por los radioaficionados. Después esas mismas creaciones o invenciones fueron tomadas, lo que no deja de ser ingrato, ya que muchas veces el reconocimiento pasó de largo. Pero el beneficio es para todos. De cualquier forma, hoy los radioaficionados están en todos lados, con las comunicaciones espaciales, con los satélites.
El curso de aspirantes a radioaficionados 2012 -una parte de ellos, son en total veinte-, atentos a Daniel, instructor en la materia Electrónica
- No son pocos quienes tienen como imagen de un radioaficionado, a una persona que está sola en una habitación, comunicándose con otras personas en distintos puntos del planeta, que también están solos en una habitación, con la única compañía de sus equipos.
- El radioaficionado es una persona que no descuida sus tareas normales y menos a su familia por su hobby, lo desarrolla en sus ratos libres. Tampoco son seres aislados, sino que se fueron nucleando, armando grupos al principio aislados y luego ya si, formando radioclubes, en donde se juntan con sus pares para desarrollar esta actividad.
Los más chicos también pueden... Rodrigo, con 12 años "casi" recién cumplidos, emite un comunicado en la práctica de Código Morse para sus compañeros, ante la atenta mirada de su instructor. Ya está capacitado para actuar ante una emergencia.
Como toda actividad, la radiodifusión vivió distintos momentos de lo que podríamos llamar, popularidad. Tiempos de esplendor y otros de depresión. Consultados sobre el momento actual, Pedro Sánchez, reflexivo, fue quien dio su opinión:
- Hace unos diez años, éramos unos veintitrés mil radioaficionados en nuestro país. Pero el crecimiento de Internet y algunos cambios económicos hizo que la actividad mermara y muchos colegas no renovaron sus licencias. Pero en estos últimos tiempos se nota un repunte y si bien no llegamos a la cifra señalada, hoy estamos cerca de los veinte mil, lo cual es un buen indicio del resurgir de la actividad. En el mismo sentido, nuestro radioclub fue perdiendo socios y hemos tenido cursos de aspirantes con 3 y 4 alumnos. Pero este año tenemos un curso de veinte personas a punto de rendir examen y otro esperando para comenzar. Esto reafirma la pauta de que el interés por esta actividad se esta recuperando. De paso te comento de que las edades para ser radioaficionados son muy amplias: el piso es de 12 años y hasta los 21, los aspirantes deben tener autorización de los padres, mientras que no hay techo y te cuento que he tenido alumnos bastante mayores, incluso uno de ellos de más de noventa años.
Una nueva antena para llegar a cualquier lugar del mundo. A punto de ser elevada, nótese el tamaño en relación con las personas
- Con tamaña elasticidad, no parece que sean muchos los requisitos para ser radioaficionados ni tan caro el hobby.
- Se necesita hacer un curso y rendir el examen pedido por la Comisión Nacional de Comunicaciones -CNC-, más los requisitos legales, que son pocos. El curso dura entre tres y cuatro meses, de acuerdo a si los aspirantes necesitan un poquito más o menos de tiempo para estar preparados para dar el examen, que es de telegrafía, es decir Código Morse; Técnica; Reglamentación y Práctica y Etica de Operativa Radial. Una vez que el aspirante ya tiene su licencia, puede operar desde su casa si tiene equipo propio y en caso contrario o si lo desea, puede hacerlo desde nuestro radioclub. Como equipamiento propio, necesita una antena –las hay de diversos tipos- con buena recepción y para ello necesita elevarla si vive en una casa y la altura va a depender de si está rodeada de edificios ó si la zona es de casas bajas. Si vive en edificio de departamentos y tiene acceso a instalar en la terraza, que por lo general es así, va a contar con una altura natural, lo cual va a facilitar la recepción y transmisión. En cuanto a equipos en sí, hay una gama amplia, que pasa por unidades de distinta potencia, tanto nuevas como usadas y como te dijo Amilcar, muchos radioficionados arman sus propios equipos, con lo cual los costos se abaratan. Para que el concepto quede claro, se puede tener una unidad y una antena que nos aseguren poder desarrollar en forma eficiente la actividad, a un valor similar e incluso menor, al de un buen teléfono celular.
- Volviendo al Radioclub Ciudad de Buenos Aires ó como es su señal, LU5CBA, ya han pasado 50 años y sigue pujante como el primer día.
Amilcar Mantero: - Este año cumplimos 50 años, desde que aquellos intrépidos y pujantes pioneros, sin muchos medios ni conocimientos, iniciaban la misteriosa aventura que representaba cruzar el eter, para comunicarse con otras personas. Los años fueron pasando y las limitaciones se fueron superando. Como ya dijimos, tuvimos altos y bajos, al igual que lo tuvo la actividad en sí y no fueron ajenas a las variaciones que vivió el país. Pero gracias a Dios y al esfuerzo de los colegas, los tiempos flacos se fueron superando y nuestro radioclub está funcionando a pleno, dictando cursos, saliendo al aire, teniendo licencias especiales y brindando un servicio a la comunidad.
Martín, aspirante en práctica operativa, supervisado por Javier, su instructor
- Desde ésta nota, te pido Amilcar en tu carácter de pionero de las campañas antárticas, otra referida al llamado “continente blanco” que tan bien conocés.
- Si, con mucho gusto. Me gustaría acercar a la gente la realidad y la dimensión de la Antártida, que es mucho más que un triangulito en el costado del mapa. Estuve abocado en las campañas antárticas desde 1957 y participé en forma ininterrumpida durante 25 años. Pero mi amor por la Antártida, lo llevaré en mi alma y en mi corazón hasta el fin de mis días.