HUMOR
LOS GUAPOS TAMBIEN
VAN AL PROCTOLOGO
Dos guapos de verdad, de la época en que entre guapos hablaban más con cuchillos que con palabras, se encuentran en el proctólogo.
Rape. - ¡Qué casualidad encontrarlo en el médico “Tordo”…! Y justo en el consultorio del proctólogo.
Tordo. - Ni qué lo diga “Rape”, ni que lo diga. Pero así es la vida. Y le voy a confesar algo. Me encuentro como sapo de otro pozo.
R. - ¿Es su primera vez?
T. - ¡Ahá!
R. - Estamos sólos Tordo, no hay con quien consultar… ni a quién tajear, según la cara que ponga.
T. - Mire Tordo, allí sale el médico…
Médico. - ¿Quedan ustedes dos sólos? En cinco minutos vuelvo, voy a buscar una fichas hasta el piso de arriba.
T. - Haga nomás, aquí estaremos…
R. - Tordo, ¿Vió las manos del doctor?. Parecen racimos de bananas…
T. - Y ecuatorianas que son más grandes.
R. - Usted me conoce Tordo, sabe que soy como pez en el agua para los entreveros, el cuchillo y yo somos uno. Frente al combate no conozco la palabra miedo…
T. - ¡Ni que lo diga Rape, somos del mismo molde!
R. - Pero le confieso, en este momento estoy transpirando
T. - No se angustie Rape, a mi me goteaba agua fría por la espalda y desde que le vi los dedos al médico, soy una canilla…
R. - Dígame Tordo…
T. - Le digo Tordo si quiere, pero usted es el Rape…
R. - Si Tordo ya los se, pero quería romper un poco el hielo…
T. - Viendo los dedos del doctor, le agradecería Rape de que no hable de romper… si es tan amable.
R. - Descuide Tordo, pero tengo que pedirle un favor y le pido que no lo tome a mal. ¿Podría entrar conmigo y tomarme la mano cuando el doctor esté… trabajando? Es para que no se me vaya la mano al cuchillo y pase a degüello a un hombre que, al final de cuentas, está cumpliendo con su trabajo…
T. - Tranquilo Rape, le tomo la mano, sólo si usted hace lo mismo con la mía, por los mismos motivos, claro está… Y déjeme que le pregunte: un guapo de verdad, así como nosotros, ¿Cómo debe aguantar este trance? ¿Todo el dedo adentro y sin un grito? ¿Con un quejido a lo macho, cortito y enérgico, tipo Ahhhh?
R.- No se que decirle Tordo, lo único: nada de quejiditos sordos, ¡Por favor! ¡Eso si que no! Tal vez se pueda aceptar un “no revuelva tanto que no es estofado”.
T. - Ahora que si invita a un café, como para entrar en clima, se puede aceptar. Sólo para no desairar.
R. - Eso Tordo, para no desairar.
Médico - Por favor, que pase el que sigue.
R. - Mire doctor, con mi amigo el Tordo, somos guapos de verdad. Pero queremos pasar los dos juntos, si no lo toma a mal.
M. - Para nada, ayer estuvieron otros dos guapos, El Ñato Gimenez y el Chulo Pedraza y también pasaron juntos.
T. - Otros dos guapos de verdad, me pongo de pie cuando se los nombra.
R. - Y yo me saco el funyi y me acomodo el pañuelo. Si ellos entraron juntos, nosotros también.
M. - Si, pero por favor, que no sea como ayer que hicieron escándalos para entrar y para salir.
T. -Son dos guapos, seguro que no quisieron entrar.
M. - No quisieron entrar y fue un escándalo… Y fue otro escándalo mucho más grande porque no querían salir.
T. -¿Acaso tenían vergüenza?
M. - No, querían volver a repetir el estudio y ya se los había hecho cuatro veces seguidas a cada uno y había gente que estaba esperando.
R. - No lo escuche Tordo, deme la mano y entremos, que ahora no hay nadie y tenemos todo el tiempo para que nos atienda.
T. - ¡Vamos vamos!... ¡No se queden ahí parados!… al fin de cuentas, la medicina preventiva nos llama.
WALTER ARIEL DORIA