YPF YA ES ESTATAL

           Ya es un hecho, Yacimientos Petrolíferos Fiscales -YPF- volvió al Estado Nacional. Lo hizo luego de haber sido aprobado el Proyecto de Ley por las cámaras de Senadores y Diputados por inmensa mayoría; amplios sectores de la oposición votaron junto al oficialismo y sus aliados para que la mayor empresa que tuvo el país, vuelva a defender su porción dentro del “todo” que es la Soberanía Nacional, que desde sus inicios le corresponde.

            La intención del Gobierno es que la empresa sea dirigida por profesionales reconocidos en el área, para lo cual fue nombrado como responsable máximo al ingeniero en petróleo Miguel Galuccio, de 44 años, graduado en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires y de gran experiencia en hidrocarburos. Fundó su propia empresa, luego de retirarse de la YPF de Estenssoro, en la cual se destacó primero como responsable de YPF en Indonesia y luego en lo que es su especialización, reservorios, haciéndose cargo de la perforación y gestión de pozos, en Santa Cruz.

            Su perfil de experto en localización y perforación de sitios óptimos para la exploración y explotación es ideal de cara al yacimiento de Vaca Muerta, del que se calcula tiene una reserva de 30 años de petróleo y gas no convencional para extraer, en la Patagonia. No en vano en la jerga petrolera, a Vaca Muerta se la conoce como Vaca Atada.

            Pero no todo el mundo está feliz, como decía Xuxa. Parece que hay medios periodísticos, a los que no les agrada que El Gobierno haya estatizado YPF.  Pero como el término “ESTATIZAR” lo dice, el Gobierno estatiza para el Estado, no para si mismo.

             Según comentaron en el programa Mañana Sylvestre, por radio La Red, en la reunión del FMI realizada a fines de abril, un periodista de un “muy importante diario argentino”, en conferencia de prensa realizada por las autoridades del Fondo, le consultó por las sanciones que le iban a aplicar a la Argentina. Le respondieron que el Fondo, si bien tiene mucho que criticarle a nuestro país, no lo puede sancionar porque no está en la órbita de ellos hacerlo. Entonces, muy enojado, expresó: “cómo que no lo van a sancionar, cómo que no lo van a sancionar”. A quien esta nota escribe, le parece que en  Clarín, a este chimento, no lo publicaron… 

          También en Radio La Red, en el mismo programa, Gustavo Sylvestre  le preguntó a Ricardo Gil Lavedra, jefe de la bancada radical en diputados, si habían recibido presiones de medios periodísticos para que voten en contra de la estatización de YPF. La respuesta, luego de varios sonidos vacíos e ininteligibles de su garganta -hee, ajj, amp, on-, dio una extensa explicación de por qué van a votar como lo van a hacer. De la respuesta explícita a la pregunta, nada… Pero no siempre es necesario contestar si ó no a las preguntas que llevan como respuesta un si ó un no, para que se entiendan. Y como frutilla, hay medios -siempre los mismos-, que se enojaron con legisladores políticos de la oposición porque votaron en contra de la línea de pensamiento que dichos medios defienden. ¿Acaso hay políticos que piensan que la mediatización les va a salir gratis ó que lo que no abonaron en dinero no se lo van a cobrar nunca?

            Discépolo vio llorar a la Biblia frente a un calefón, pasan los años pero hay costumbres que no se pierden.

           De que es una estatización para el Estado y no para el Gobierno, lo entendió la mayoría de la oposición y como prueba bastan las declaraciones del ex candidato presidencial por el radicalismo, Ricardo Alfonsín, quien así lo hizo saber, agregando, palabras más palabras menos, que si este Gobierno administra mal la petrolera, el próximo gobierno podrá hacerlo mejor. Ricardo Alfonsín entendió bien la importancia que tiene para el país, recuperar la soberanía de sus hidrocarburos. Y si el término “entendió bien” puede resultar peyorativo para un político de su experiencia -además perteneciente a un partido que no sólo tuvo en sus filas a Hipólito Yrigoyen, el presidente que fundó YPF, sino que desde entonces ha luchado por defender la propiedad para el Estado Argentino del petróleo-, disculpa a la aclaración el hecho de que haya quienes no han entendido dicha importancia ó distintos intereses, los lleven a no querer entenderlo ó a no poner por encima de sus propias conveniencias, las necesidades de la Nación.

            La oposición en su gran mayoría, adhirió al proyecto. Pero lo hicieron con reservas, poniendo énfasis en la incapacidad que tendría -ó para ellos tiene- este Gobierno para administrar YPF. Hacer futurismo siempre es discutible, sea para opinar a favor o en contra de algo. Pero quienes lo hacen tienen una ventaja: si aciertan enseguida se encargan de decirles a la sociedad, que fueron los primeros en advertir que “así iba a pasar”. Si se equivocan, por supuesto nada dicen y nadie les va a pasar factura.

            Comienza a abrirse una nueva etapa. Respecto a YPF, se confía en llegar en algunos años al autoabastecimiento y no depender de las exportaciones para cubrir las necesidades y que éstas, no regulen el precio de los hidrocarburos. La pregunta del millón, que acarreó una buena cantidad de respuestas a medias, es si habrá otras empresas que volverán al ámbito estatal. La eficiencia de YPF dará una respuesta definitiva.