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Elecciones 2013
Elecciones 2013
UN PANORAMA A MEDIO CAMINO
ENTRE LAS PRIMARIAS
Y LAS LEGISLATIVAS
Las primarias quedaron atrás, estamos a un poco menos de medio camino de las elecciones legislativas, que por supuesto son las que valen. Las primarias, como se podría decir "en familia", son eliminatorias de quienes no tienen una representación acorde a las circunstancias y una especie de encuesta, cuyos resultados cada quien de la boca para afuera, interpreta como más le conviene. "De la boca para afuera", porque en el fuero íntimo, cada uno sabe lo que consiguió y en especial lo que no consiguió en los comicios.
La muestra de que cada quien le pone la interpretación que quiere, es que los que ganaron se reconocen como ganadores, los perdedores también se sienten ganadores y si no llegan a verse así, encuentran puntos positivos hasta en donde no existen. Los perdedores no suelen hablar de derrotas, sino que se encargan de minimizar los resultados negativos y casualmente, también de minimizar los resultados positivos de los rivales.
Remitámonos a los ejemplos. La oposición -políticos y periodistas del Grupo Clarín y adyacentes-, destacan la derrota del oficialismo. Desde el oficialismo, dicen que a nivel nacional, el Frente para la Victoria fue el más votado, rondando un 28%, seguido por Massa con un 13%, con la salvedad de que éste sólo se presentó en la provincia de Buenos Aires. Un porcentaje similar consiguió el radicalismo con sus adherentes, como ser Margarita Stolbizer y su segundo, Ricardo Alfonsín. Cuesta entender quiénes van por adentro y quienes por afuera de un mismo partido o alianza.
Podemos decir que:
* Es cierto que el Frente para la Victoria ganó y es mentira de que perdió. Pero ni por asomo se acercaron a los porcentajes esperados.
* La principal oposición a Cristina está en quienes deberían ser sus aliados, es decir los mismos peronistas, encabezados por Massa. El ex jefe de Gabinete de Cristina e intendente estrella del kirchnerismo, un mes antes de las primarias se abrió deo oficialismo y se erigió en el gran rival para el 2015, tomando como un trámite estas elecciones. Pero cuidado, si bien un mes es poco para ganar adeptos, no lo es para perderlos. Es más, en las primeras encuestas la diferencia a favor de Massa sobre el casi desconocido y eficiente intendente Martín Insaurralde era mayor. Deberá demostrar de que no está "tierno", que puede aprehender todo lo bueno del kirchnerismo y liberarse de todo lo malo, para ser visto como un candidato que conforme a la mayoría. Y lo principal, manejar su municipio en forma adecuada, ahora que no va a tener el apoyo del Gobierno y dejó de ser un delfín, para transformarse en plaga.
* El fracaso de Francisco de Narvaez, muy por debajo de sus expectativas. Se presentó como el que le ganó a Kirchner en el 2009 pero no dijo que perdió por escándalo en el 2011. Tal vez a la gente no le pasó desapercibido que acusó de irrespetuosa e intolerante a la Presidenta y en sus spots propagandísticos trató de "ella" a la figura presidencial, -solo le faltó decirle "chirusa"-; tampoco que en el 2011, luego de perder por escándalo en las internas, insistió hasta el último momento en que él iba a ser el gobernador bonarense y Alfonsín el presidente. Aún hoy es difícil determinar si su visión política fue espantosa o si mintió a un nivel que no tenía techo. Si el "Colorado" se ofende por la palabra fracaso, es porque sacó los guarismos que él cree lógicos, si es así, pido perdón y cambio la palabra fracaso por éxito.
* Margarita Stolbizer, apenas terminados los comisios dio sus boca de urna y señaló que a la provincia de Buenos Aires "casi" se la podría dividir en tercios, con ella y su compañero Alfonsín peleando el segundo lugar. Salieron terceros, pero con menos de la mitad de votos del segundo y apenas décimas adelante del fracasado De Narvaez. Este y Alfonsín en el 2011, como todos recordarán hicieron una alianza que calificaron de triunfadora, la realidad se encargó de darle la espalda, con consecuencias nefasta para el radicalismo en general y para el mismo Alfonsín en particular. El partido de Alem quedó sin brújula, con capitanes pero sin comandantes ni pilotos de tormenta, la "alianza de Narvaez - Alfonsín" obligó a Binner a abandonarlos y éste terminó ganándoles. Stolbizer, quien se había ido del partido ahora es la radical que lo lidera, mientras que Alfonsín es su segundo. Pero la cantidad de votos es tan reducida, que la situación puede cambiar en cualquier momento.
En Capital Federal, Macri, de la mano de las plazas, las bicisendas y los metrobus, se da como ganador. Pero lo cierto es que perdieron con el Unen, que fue el único partido que fue a internas, como lo deberían haber hecho todos. Si el Unen, guiados por la resucitada Lilita Carrió mantiene los votos, le gana a Macri; igual Pino pero con un margen muy estrecho. Tal vez Macri confíe en que Lilita fiel a su estilo, arruine todo cuando está cerca de lograr algo importante, apostando a la poca cordura que la ex radical se empeña en demostrar.
Mientras tanto, Cristina se dio cuenta de que necesitaba recuperar votos, no sólo con golpes de efecto, sino con medidas efectivas. Por eso tomó una que era reclamada por todos los sectores, la de elevar el piso del impuesto a las ganancias. Todavía los detalles no están claros, pero fue bien recibido por la gente y tal vez no tanto por la oposición, que ve caer un punto más que negativo del oficialismo, hábida cuenta de que la oposición no se distingue por aportar ideas renovadoras... ni de las otras.
La oposición se reclama trabajar en bloque, pero como no hay caciques efectivos, cualquier indio se cree en condiciones de ponerse las plumas -para asumir como caciques, no para subir al escenario del Maipo-, pero por ahora, no da. Ya hubo intentos en el 2009, pero fueron nefastos para la misma oposición.
El antikirchnerismo ve en Massa al candidato justo. ¿Pero podrá afianzar su candidatura? Para ello deberá hacer del Tigre un municipio ideal y pulcro, como parece lucir hasta ahora, porque siempre hay que ver mirar más allá de lo que se muestra. Pero el oficialismo se va a ocupar de fijarse qué hay debajo de las alfombras y de pasar el dedo por las repisas, para tratar de sacar polvo. Si por obra y gracia de los entuertos políticos el justicialismo hace los deberes y se une, por lo menos massistas y kirchneristas, se acabó la oposición cuantitativa.
Para las elecciones de octubre, falta muy poco y también bastante, aunque parezca un juego de palabras. A partir de allí, cada quien va a bailar lo mejor que pueda. Pero la oposición va a cometer un error muy grande -de nuevo, como en el 2009-, si cree que el oficialismo va a ceder protagonismo, la iniciativa, que es un disc jockey sin discos, porque la música y de eso no tengan dudas, para su bien o su mal-, la va a seguir poniendo Cristina.
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