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FLORENCIA PEÑA
NO CONFUNDIR GORDURA CON HINCHAZON
No le habrá sido fácil a Florencia Peña firmar contrato -así se asegura que lo ha hecho, hasta las 9.00 del 27 de marzo; si se desmiente, este comentario junto a tantas opiniones y habladurías quedarían sin efecto- con un programa del multimedios Clarín, como es Bailando por un Sueño.
Pero no todo es tan lineal, tan blanco ó tan negro. Florencia Peña tiene una reconocida militancia kirchnerista, por la cual muchas veces fue atacada, desvalorizada profesional y hasta humanamente y por supuesto, muy criticada. Y se lo hizo mucho más allá de la eterna discusión sobre si un artista debe ó no (a la postre, le conviene o no) blanquear su opinión política y más allá de ello, comprometerse con ésta.
Pero no confundir gordura con hinchazón, significa en este caso distinguir sus opiniones: dijo -ó habría dicho- que los dueños de Clarín deberían estar presos por (supuestos) crímenes de lesa humanidad producidos durante la dictadura. Pero no dijo que deberían cerrar Clarín. En otras palabras, separó a los dueños del multimedio, con la fuente de trabajo de sus empleados. En todo caso, la responsabilidad de éstos respondiendo a los pedidos de sus patrones -ó siendo justos, en todos los casos en que se de, sean los medios oficiales, partidarios, opositores o pertenecientes a cualquier tipo de interés-, debería forma parte de un debate ético y deontológico (ética de las profesiones), que en algún momento sería correcto realizar.
Tampoco hay que confundir a Florencia Peña, artista, con un Juan Pérez (si hay alguno, que no lo tome como algo personal, es pura coincidencia), periodista. Un actor/ actriz pone a disposición de su empleador su profesionalismo, sus dotes artísticas. Un periodista, puede poner su opinión a disposición de su empleador y eso sí que es grave.
También dijo Peña que estaba en listas negras para que no le hagan notas. Puede o no tener razón y sobre el tema de las listas negras, no nos hagamos los ingenuos: si el medio no la tiene abiertamente, los jefes saben quienes son amigos y quienes no lo son, a quienes brindarles espacio para darles una mano y a quienes hacerlo cuando no queda forma de negarlo. A opinión personal y profesional, a mal menor, me parece más honesto negarle el espacio a una persona, que brindárselo para criticarlo salvajemente, buscando la quinta pata al gato y muchas veces sin razón.
De todas formas, el programa es de Marcelo Tinelli, no es cualquier otro. Porque a Tinelli nadie se va a atrever a decirle "a fulano si, a mengano no", se maneja con independencia y a pesar de lo que diga o aunque "muestre subordinación" a las directivas del canal, hace lo que le parece. Si pone límites, los pone él, no el canal y eso es claro. Como mucho, deja pasar un tiempo para que se "calmen las aguas" y luego vuelve con lo que quiere. Ejemplos sobran. Ese derecho se lo ganó, con veintipico de años al frente de su programa, aunque con distintos nombres, pero no bajando de promedios de 25 puntos de raitings y con picos que rondan los 35 - 40.
Florencia, saltó a la fama con Son de Diez en 1992, con 17 años y con su papel de Moni Argento en "Casados con hijos" llegó a su pico de popularidad, tanto es así que desde mediados de la década del 2000, Telefe repite sus capítulos todos los años durante bastante tiempo y con éxito asegurado. Para quien dude, le basta con tomar el ejemplo de este año: va de lunes a viernes durante 2 horas por la tarde y los domingos por la noche, en horario central, como bonus track, se mantiene día a día como uno de los 5 o 6 programas más vistos de la televisión argentina.
Pero un artista no puede vivir de recuerdos y más allá del éxito que sigue teniendo "Casados con hijos", Peña no pudo repetir esos números, ni acercarse al éxito de "La Niñera", su programa anterior, que la había lanzado como una de las mejores comediantes argentinas. Por supuesto, sin juzgar la calidad de los programas que le siguieron a "Casados...".
Una actriz en esta disyuntiva: ¿Puede decirle que nó a casi 30 puntos de raiting asegurados?. Antes de criticar, hay que tomar en cuenta la situación. Lo necesita, ofrece su arte y no su pensamiento y criticó a los dueños del multimedio pero no a la fuente de trabajo que ofrecen.
De todas formas, no es la primera vez que sucede. Victor Laplace y Soledad Silveira, se pusieron al frente de sus colegas con la consigna "somos artistas, queremos actuar", contra Gran Hermano, porque el entonces exitoso programa, acaparaba la pantalla de Telefe desplazando a las ficciones. En la siguiente temporada, Solita saltó a la conducción de "Gran Hermano" y luego de tibias críticas de sus colegas, todo siguió su curso. Pero parece que esta vez es distinto, porque es Florencia Peña y es kirchnerista... debería servir para demostrar que el kirchnerismo a Peña, no le da de comer.
"Como todo tiene que ver con todo", como dice Pancho Ibañez, cuando un legislador opositor osaba votar alineado al kirchnerismo, se lo tomaba como un corrupto, vendido, traidor, entre otros epítetos. Pero cuando era al revés, la oposición lo elevaba casi a la categoría de héroe nacional.
Cada quien es por supuesto, dueño de su opinión. Pero "opinar" con el bolsillo ajeno y cuando las consecuencias favorables o no de dicha decisión la sufren los demás, es repudiable.
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