¿NACIO EL ANTIMACRISMO
EN PLENA CAPITAL FEDERAL?
Los números de la segunda vuelta electoral en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se transformaron ayer en la madre de todas las sorpresas, en cuanto a elecciones se refiere. Más aún que el triunfo de Alfonsín sobre Italo Luder en 1983, porque aquella tenía motivos que determinaron que dicha elección, tomara el rumbo que todos conocemos y que luego reseñaremos.
Dijimos “madre de todas las sorpresas”, a la vista de los porcentajes de la primera vuelta sucedida en julio y de las PASO, unos días antes. Recordemos: en las PASO, 47,35% contra 22,27%; primera vuelta, casi 46% contra casi 26%. Nos detenemos aquí: si bien hubo 20 puntos de diferencia, Larreta había perdido un 2% y Lousteau ganado un 3, puestos en números redondos. Lejos de tomar en cuenta –se ve que no sólo no lo hicieron hacia afuera, sino tampoco hacia adentro-, el macrismo ponderó los números de la elección y entre líneas –y no tanto-, destacó la inutilidad de ir a una segunda vuelta en pos de los 20 puntos de diferencia y de lo poco que les restaba, para cruzar la raya de los 50% + 1 voto necesarios para ganar. No hay que culpar al macrismo de exitista, la opinión generalizada era que dicha segunda vuelta servía para dos cosas: primero, para cumplir con una Constitución porteña que así lo exigía y que en opinión generalizada, debía en este aspecto ser reformada. En segundo lugar, para gastar dinero. Mientras tanto, Lousteau denunciaba presiones y señalaba que no se iba a bajar de la segunda vuelta, pero más que por principios que por posibilidades reales. En definitiva, la fiesta cívica estaba anunciada para el 19 de julio: en el Pro, seguramente las preocupaciones para el evento, pasaban por el catering, el carnaval carioca y el nuevo paso de baile que estrenaría Mauricio. Porque con esos números y dicho en términos futbolísticos, la goleada estaba asegurada. La opinión pública no lo desmentía y las encuestas cautas, daban un piso del 8/10 % de diferencia.
COMIENZA EL PARTIDO…
… Y los goles no aparecían; es más, los primeros números con 24% de mesas escrutadas, marcaban un increíble punto y medio de diferencia. Es más, la superioridad mayor se dio sobre el final de las mesas escrutadas, con un 3,28%, pero muy lejos de los cálculos más austeros. Se podría decir que del 5-0 mínimo esperado, el partido terminó 1-0 con un gol de jugada detenida… Mujeres que lean esta nota y no sepan nada de fútbol, por favor pregúntenle a sus esposos, novios e hijos sobre esta comparación. Hay que recordar que por ser un mano a mano, las diferencias no se deben tomar si se quiere hacer un análisis serio, como en las elecciones comunes. Una diferencia de 3 puntos en las comunes, son reales, mientras que en el ballotage, es la mitad. Más claro, si votan 10 personas y 6 lo hacen por el candidato A y 4 por el B, hay dos votos de diferencia, pero en realidad es de 1 sólo voto, ya que si uno de los que votó por A hubiese votado por B, el resultado hubiese sido 5-5. ¿Se entiende? También hay que recordar que los porcentajes se toman sobre los votos válidos, es decir que se eliminan los votos en blanco para determinarlos. Ayer se eliminó por esa causa al 5,5% de los votantes, más del doble de los eliminados en la primera vuelta… y dicen que los votos en blanco favorecen al ganador. No puedo decir que sea o no así, no lo entiendo demasiado. Pero si los especialistas lo dicen…
MAURICIO: ¿Qué Pasó?
Ya sin el cassete puesto por parte de Mauricio, Larreta y sus amigos de decir: “igual ganamos… siguen confiando en nosotros… necesitábamos sólo 1 voto más para ganar y sacamos más de 3 puntos” –cosa que es por completo cierto- no se puede negar la otra parte de la realidad. Esperaban como bajo –como malo, aunque no lo digan- un piso de 8 puntos, consiguieron 3,2. No se recuerda que el PRO haya perdido antes en alguna comuna porteña: ayer perdieron en 9 de las 15. Algún gracioso podría decir que Macri de tanto pedir CAMBIOS, casi los CAMBIAN a él. Entonces, algo pasó, algo hicieron o NO HICIERON, para que pierdan en un mano a mano, 9 comunas. Es muy interesante ver el mapa de comunas, un análisis rápido muestra que Larreta se impuso por escándalo en las zonas más favorecidas de la Ciudad, tanto por nivel económico como por el nivel de importancia que el Gobierno porteño parece darles, a la hora de hacer obras. Lousteau ganó en 9, pero con porcentajes que rozaron el 10% en un par, el 5 en otro par y de allí hacia abajo, incluso en una de ellas, por menos de los votos que hay en una sóla mesa. Mientras que Larreta ganó sólo por un 3% en los barrios del sur que según el Gobierno porteño más favorecieron, como Parque Patricios y Pompeya, junto con La Boca y Barracas (Comuna 4), mientras que en Retiro, Puerto Madero (Comuna 1) lo hizo por 10. Pero En Recoleta logró una diferencia de 31 %, en Palermo de 17% y en Belgrano 18%. Sólo en estas tres últimas, consiguió poquito más de 80.000 votos de diferencia y ganó por 54.745. Sui Generis, cuando Mauricio era adolescente, decía en una de sus canciones: “Yo canto para esa gente/ si yo no soy más que uno de ellos/ ellos me dicen las cosas/ y yo les pongo melodía y verso… Esta canción fue censurada en su momento, porque hablaba de cantar para los humildes, no parece ser éste el caso.
El ¿qué paso? es una pregunta que Macri y sus consejeros tienen que hacerse. No caben dudas, algo no está funcionando. De allí que Mauricio en su discurso de ayer, político, haya destacado que seguiría la Asignación Universal por Hijo; “Nuestra” –la quería privatizar- Aerolíneas Argentinas en su gestión va a dejar de ser deficitaria –recordemos que por ser un servicio público, una aerolínea de bandera si bien lo ideal es que no de pérdidas, tampoco tiene que dar ganancias, su fin no es ese, sino llegar a los lugares del país en donde otros no lo hacen; YPF –también la quería privatizar-, va a ser un puntal para tener energía; las jubilaciones van a seguir en el ANSES –¿También festejaba a las AFJP o me equivoco?- ... Y se vienen más medidas… que ya están implementadas… Pero con la eficiencia del PRO, según va a prometer. ¿Tuvo algo que ver el tema de Hotesur, Bonadío y la Metropolitana? ¿El hecho de que siga procesado? No lo creo.
En referencia a lo señalado en el primer párrafo, cuando recordábamos el triunfo de Raúl Alfonsín sobre Italo Argentino Luder como sorpresiva, pero con causas claras y concretas. Podemos decir que Alfonsín era un político joven, carismático, con experiencia como precandidato presidencial, ya que en las internas radicales de 1973, la fórmula de la recién creada agrupación Renovación y Cambio, Alfonsín – Conrado Storani (padre), perdió contra Balbín – Gamond. Por el lado del peronismo, proscripto como siempre en los períodos de gobiernos militares y alguno que otro democrático, estaba bajo una desorganización total. También podríamos decir que el partido del viejo general, sólo tenía coroneles y su líder –la ex presidenta María Estela Martínez de Perón-, bajaba alguna línea pero por obligación, no por gusto. Llegado al cierre de las campañas, las diferencias se inclinaban a favor del peronismo, que había concertado la fórmula Italo Argentino Luder – Deolindo Felipe Bittel. Luder era un político respetado dentro y fuera del partido, casi como ninguno de la primera línea justicialista. “Va a ganar Luder, por eso voy a votar a Alfonsín”, era una constante, de allí el semi equilibrio de fuerzas. Pero en aquél fatídico cierre de campaña del peronismo, la balanza se inclinó hacia el otro lado… y vaya si lo hizo. En el palco, que debería haber estado comandado por el recto y serio Italo Luder, volaban las trompadas, reinaba el caos y el dirigente sindical Herminio Iglesias, no tuvo mejor idea que quemar un cajón con los colores del radicalismo. Fue notable ver cómo la gente que había asistido al multitudinario acto, se retiraba del mismo, al ver semejante espectáculo. Luder no sólo en ese acto perdió un zapato, también la presidencia y el peronismo entró en varios años de desconcierto. Tal vez Alfonsín hubiera ganado igual, pero no en primera vuelta y con 11 puntos de diferencia. El radicalismo duplicó su porcentaje histórico, el peronismo mantuvo o bajó un poco el propio y los fluctuantes, ya sabemos para donde se fueron.
¿Y AHORA?
Cuando se presumía que la interna del Pro a nivel nacional, entre Macri, Carrio y Sanz iba a ser un trámite para Mauricio, las cosas se le complicaron. Macri después de ayer, va a dudar mucho sobre si sigue teniendo un bastión en la Capital Federal. No tiene estructura nacional propia, si es que se no se toma en cuenta a Miguel del Sel -¿dónde está?- ¿o no?. Carrió y Sanz que sí las tienen, van a ver que el objetivo de ganarle a Macri no es tan imposible. Con perdón de la expresión y el debido respeto, sólo usando la misma por como se dice siempre, el resultado de ayer sirvió para “avivar giles”.
¿Y LOUSTEAU?
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se distinguió por proyectar en casi todas las elecciones, a una figura nobel al ámbito nacional. No fue ésta la excepción, Martín Lousteau –y para muchos, también algunos miembros femeninos de su familia-, era recordado por la famosa 125, que le trajo al gobierno de Cristina Kirchner infinitos problemas con la gente del campo, en sus primeros años de mandato. Más allá de ello casi nada, hasta que por un importante descarte de líderes de una multitudinaria alianza de partidos, fue proyectado como precandidato a jefe de Gobierno Porteño. Lo demás es historia reciente. Pero la pregunta es si Lousteau será sólo otra figurita de cuarto de hora, si tiene peso propio para proyectarse a nivel nacional y si su opinión sobre los candidatos de las próximas PASO en su alianza, va a tener importancia. Recordemos que en la desprolijidad reinante, Lousteau compitió con el PRO en la Ciudad, pero van juntos en la Nación, internas mediantes.
Tres semanas en las que todo puede pasar en el Pro y sus aliados, más si nos centramos en que en dicha alianza, está Lilita Carrió, tan afecta a las denuncias como a los portazos, aunque no pueda presentarse como candidata por afuera, en caso de perder las internas.
¿Cuál va a ser el discurso de Mauricio Macri? ¿El viejo? ¿El nuevo? Ya tuvimos un adelanto, pronto lo sabremos.