DE LAS LEGISLATIVAS
A LA LEY DE MEDIOS
Sólo cinco días han pasado desde las elecciones legislativas 2013, sólo cinco días… y parece que hubieran sido haya lejos y hace tiempo. Porque sus resultados, por previsibles, quedaron en una mera rectificación de las Primarias para los candidatos más importantes y un reacomodamiento para quienes por el momento, son actores de reparto. Pero la “culpa” no sólo es compartida, sino que en mayor medida los resultados se vieron superados por el fallo de la Corte Suprema de Justicia sobre la ley de Medios Audiovisuales, la que puso ¿FIN? Luego de cuatro años, a la disputa del Gobierno con Clarín. Y se hizo justicia, el multimedios debe desinvertir… pero el tema son los tiempos.
Pero volvamos a las elecciones. Según el color -político- del cristal con que se mire, el Gobierno ganó o perdió. En realidad ganó y perdió. No nos extrañemos de este juego de palabras, porque salvo excepciones, los distintos candidatos se vieron triunfantes, de una u otra forma. Tratemos de poner negro sobre blanco y viceversa. Si decimos que el Gobierno ganó, no mentimos, porque si bien comparativamente con las últimas elecciones presidenciales -incorrecta comparación, la correcta es con las legislativas del 2009- perdió la mayoría porcentual de los sufragantes -54% a 33%-, lo cierto es que no sólo es la primera minoría, sino que además el 10 de diciembre va a tener 5 diputados más y similar cantidad de senadores, es decir va a seguir teniendo mayoría en ambas cámaras legislativas. Hablando de minorías, la segunda 10 puntos más abajo sería el radicalismo y sus aliados, aunque esta minoría parece más una suma de mera cantidad que de intenciones de caminar la misma senda, siempre que ésta no sea sólo tratar de ganarle al oficialismo. Así conviven Binner con Carrió y sus amigos, - quienes ya bastante problema tienen con permanecer unidos- Stolbizer y Alfonsín con Cobos… Si, es cierto, todos ellos en algún momento convergieron en el radicalismo incluso Binner como aliado de cola. Pero luego se fueron, se separaron, volvieron pero no tanto… en fin. Como tercera y cuarta fuerza aparecen el Massismo y el Pro, rondando los 12 puntos.
Ahora, ¿El gobierno perdió? Mientras las matemáticas digan que 33 es más que 23, no ha perdido. Pero desconocer que fue un golpe duro, es negar la realidad. Una cuenta simplista, dice que si Massa no se hubiera alejado del kirchnerismo, el FPV hubiera rondado los 40 puntos, con lo cual hoy hablaríamos de una pérdida importante respecto a las presidenciales 2011 pero superior a las legislativas 2009. ¿Qué los votos de Massa se hubieran repartidos también hacia otras fuerzas? Seguro, pero mayoritariamente hubieran quedado en el oficialismo, tomando en cuenta de que en principio, Massa juega de kirchnerista perfeccionado. Que sea o no cierto o que varíe esta postura en el futuro, se verá.
Las elecciones 2015 ya comienzan a jugarse. Macri -sin estructura nacional y colgado del massismo en provincia de Buenos Aires-, ya se lanzó. El está convencido y así lo expresa, de que los legisladores que obtuvo en la sábana del massismo van a pasarse a su bloque y que sus concejales en el mismo distrito, también colgados del massismo, se van a convertir en tropel en intendentes. Lo cierto es que sacando a Del Sel y Baldassi (para los no futboleros, es un ex buen árbitro), no tiene mucho más en quien apoyarse.
La gran incognita es Sergio Massa, ex director del PAMI, ex jefe de Gabinete de Cristina, ex intendente estrella del Kircherismo y actual intendente “me arreglo sólo” de Tigre. Llegó, se habla de que el “rosqueo” con muchos intendentes bonarenses va “viento en popa”. Pero no sólo no es suficiente, sino que no se debe ovidar que el kirchnerismo sigue vivo, aunque los medios opositores se encarguen de matarlo y enterrarlo, tal como hicieron en el 2009, cuando en la misma noche de las elecciones, lo mataron, firmaron su certificado de defunción y lo enterraron sin velatorio en el osario público, todo en minutos. Pero los “cabeza dura” revivieron y volvieron a ganar -aplastar- dos años después. Un concejo, lo peor que se puede hacer es subestimar al enemigo. Parece que a algunos periodistas las intenciones le nublan la razón.
Volviendo a Massa, el tema es si se va a poder desarrollar no sólo en Buenos Aires sino a nivel país, o va a perderse como De Narváez, que habiendo sido el niño estrella del 2009 ganándole al mismo Nestor Kircher, el domingo pasado apenas llegó al 5,5% de los votos bonaerenses, ganándoles en forma muy ajustada al socialismo. El tiempo lo dirá, no sólo en dos años tiene que armar una estructura gigantesca casi de la nada, sino que va a chocar con la barrera de lo que le deje o no hacer el kirchnerismo en ese sentido, porque si el peronismo en sí es rosquero, el Frente para la Victoria está conformado por verdaderos especialistas. Tanto Macri como Massa tienen algo a favor, el oficialismo necesita que ambos tengan fuerzas parejas, porque el FPV sabe que tiene votos cautivos -hoy en día es superior al 30% y en presidenciales arriesgaríamos a elevar la cifra al 40%- y tiene en claro que Macri y Massa son políticamente similares, es decir se van a sacar votos entre ellos. Los demás jugarán como puedan. Pero de todas formas hay algo que no se puede descuidar, aunque no se vislumbre en lo inmediato, el surgimiento de otra fuerza que haga tambalear a las tres nombradas. Cuando se compite, se lo hace contra todos, nunca hay que olvidarlo.
Pero el gran tema fue que por fín la Corte Suprema falló a favor del Ejecutivo y el Legislativo, declarando constitucional la Ley de Medios Audiovisuales. Quienes dicen que es una ley hecha contra Clarín, no van a mentir, pero no deben olvidar que lo es contra todos los grupos monopólicos o que por lo menos, poseen más medios de los que en una democracia son tolerables. La diferencia está en que los otros medios presentaron su plan de adecuación -o de desinversión- en los tiempos y formas requeridos, mientras que Clarín, el más poderoso, no lo hizo. No vale la pena indagar en los antecedentes del multimedio, los resúmenes ya lo hicieron muchos colegas, incluso el mismo Lanata cuando era un periodista “no dependiente” de Clarín. Centrándonos en el futuro inmediato de su desinversión, es necesario hacernos una pregunta ante un hecho que a primeras luces resultó antipático y exagerado para muchos: ¿era necesario que el mismo Sabbatella le entregue en mano a Clarín la notificación de que el AFSCA actuará de oficio, en caso de que la empresa no ratifique en plan de adecuación que el socio minoritario de Cablevisión presentó en diciembre pasado? Sí lo era, porque ahora es una pulseada entre el AFSCA y el multimedios, ya que es la respuesta del organismo sobre la empresa, que dejó entrever que llevarán el proceso judicial a la muy larga, trabando todo en los estamentos judiciales y con una clara intención: confiar en que luego del 2015 se pueda cambiar la ley, tal como adelantó Macri que hará en caso de ser presidente. Sabbatella dice YA, el multimedios responde que estira todo hasta después del 2015 como mínimo.
Una semanita caliente, anticipo de dos años para no perderse.